“Me encanta que cuando retiras a un animal cuando ha acabado el festejo me quede la sensación de estar totalmente satisfecho con su juego”
“Por desgracia y desde el miedo lo hacen un toro importante dentro de las fiestas, llegando a sorprender a todos los aficionados en muchas ocasiones. Son toros que miden su distancia”
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El toro del miedo
Fidelidad y tradición, así podemos titular la ganadería de los Hnos. Pérez Escudero. Fidelidad a un tipo de encaste, el de Santacoloma, que sólo por eso merece respeto en este mundo del monoencaste. Y tradición a un apellido, a una manera de entender el toro, lo que debe ser su bravura y comportamiento, y que se pudo comprobar durante la lidia de sus toros.
Si queremos encontrar la ganadería de reses bravas de los Hnos. Pérez Escudero, nos tendremos que desplazar hasta el término municipal salmantino de Tenebrón (carretera Ciudad Rodrigo-Béjar). Concretamente en la finca “Gavilán”, situada en pleno campo charro, en la que pastan actualmente unas 200 hembras y 160 machos de todas las edades; sin olvidar, a los mansos o cabestros cuya función es de acompañamiento, y para facilitar, de esta forma, el manejo del toro tanto en el campo como en los festejos. Fría y abundante en agua, esta tierra salmantina hace de los toros unos animales duros, fuertes y resistentes. Estos factores, añadidos al encaste Santacoloma de esta ganadería, crean un toro diseñado para embestir y soportar las condiciones más adversas durante su lidia.
¿Cuál es el origen y las cualidades del encaste de la ganadería de los Hnos. Pérez Escudero? El comienzo de esta ganadería nos traslada a 1980 con la compra de una partida de vacas, de la ganadería de Pérez Tabernero procedente de “Saltillo”, a las que se añade otra partida de Manuel García “Ratero”, procedencia “Coquilla”, con origen Santacoloma. De este cruce nacerá “Cafetero” (semental que recibirá en su lidia el premio al mejor toro del año). Unos años más tarde, nuestra familia, de gran tradición taurina, apuesta por la cría de un toro desde las más viva esencia de la bravura, un toro que imprime respeto, bravo, y encastado; de ahí que se decida a comprar un semental de “Cobaleda”, de encaste también Santacoloma.
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¿Cuáles son las características que destaca de sus reses? El encaste que resulta de ese cruce del que antes te hablaba es “Santacoloma puro”. Por tanto, es un toro que se diferencia por su genio, su temperamento y su bravura, algo que empieza a resaltar en el campo ya cuando son utreros y que se demuestra desde el primer instante en que sale a las calles.
¿Cómo se consigue ese toro que embiste y soporta condiciones adversas durante su lidia? Para conservar este encaste y mantener intactas sus raíces originarias (Saltillo-Santacoloma), se requiere una rigurosa selección en el tentadero y la cría. Las vacas aprobadas pasan a ser madres de la ganadería y su protector, el semental, que es la pieza clave de la misma, por el que pasan todas mis miradas, porque su bravura es la que será heredada por su descendencia. Todo este esfuerzo para conservar ese encaste complicado y que da tanto juego en los festejos. Éste era el perfil del ejemplar taurino que desde siempre he anhelado conseguir:un toro con mucho trapío, con cara, rápido, feroz, peligroso y con mucha fuerza, que al fin y al cabo, lo convirtieran en un toro importante dentro de la fiesta.
El toro de la calle
¿Cuáles han sido las dificultades por los que ha pasado Jesús Pérez desde que se encuentra al frente de esta explotación? Desde el principio, llevamos “sufriendo” las consecuencias de este cambio generacional que ha habido en el toro de lidia. Las líneas de Juan Pedro Domecq, una persona que revolucionó el mundo del toro y fue él (y es una postura totalmente respetable) quien apostó por un toro con mucha más caja, con mucho más pitón, y un toro, a priori, por tamaño, a mi parecer; sólo por tamaño, más espectacular; pero al mismo tiempo, creo que también se olvidó un poco de esas raíces genéticas antiguas que son las que mantienen la raza de lidia. Mi familia entonces apostó por un toro de Santacoloma puro, una línea más complicada, y que por lo tanto, la tarea en su lidia resulta un tanto compleja, mejor dicho, diferente, porque el toro de lidia te exige unas cosas y el toro en la calle te exige otras.
Nos habla de una forma de lidia diferente entre la lidia del toro de plaza a la lidia de los festejos populares, ¿a qué cambios se refiere con esto? Normalmente los ganaderos crían para lidiar y venden circunstancialmente un toro para la calle. Yo, en mi caso, crío para la calle; de ahí que los toreros, evidentemente, no se lleven muy bien con nosotros.”
Pero exactamente ¿a qué es debido que no lidiéis reses para el toreo tradicional? El motivo de no lidiar es muy comprensible. Sencillamente por las cualidades de nuestros animales. Normalmente nuestro ganado sale encastado y con muchas dificultades para el lidiador, no dejándolo estar cómodo en ningún momento y esto no gusta hoy en día a los toreros.
¿Se ha visto quizás un poco limitado a la hora de hacer sus espectáculos? Sí, nosotros al confiar en ese concepto de lidia, nos hemos visto un poco relegados a lo que son los festejos populares; un lugar donde nuestro toro se valora, un toro que, a pesar de que no tenga aparentemente un tamaño excesivo, es un toro con mucho trapío, muy encastado y que lleva ese puntito de pasión y de riesgo a las calles.
Pero a pesar de esas dificultades, vuestra postura no ha sido efímera… Sí, es cierto, hemos resistido a lo largo de los años gracias al sentimiento, al esfuerzo y al tiempo que se le hemos dedicado y le estamos dedicando para mantener esos valores que hacen diferente a nuestros toros; y que, al mismo tiempo, aseguran el espectáculo.
El toro del miedo: pánico y peligro durante su lidia
¿Por qué se les conoce así? Ciertamente, así son conocidos nuestros toros, por ese pánico, porque se les mira con temor y respeto desde el primer instante en que salen a las calles. Pero si se le ha atribuido la expresión “El toro del miedo” es gracias a nombres como estos: Cafetero, Astronauta, Argentino, Zagal, Pavito,…: toros que han pasado a la historia; pero a una historia entendida de la manera más profunda, una historia que se ha ido formando y definiendo como una auténtica realidad en un mundo que ha sido capaz de crear una jerga propia, transmitiendo cultura, valores, saber y experiencia: el mundo taurino.
A lo largo de su profesión como ganadero, bien sea durante la cría o durante la lidia de sus toros, Jesús Pérez tendrá historias o momentos inolvidables. Es curioso, porque normalmente los toros que hacen historia en las calles cuando se lidian; a su vez, son los toros que provocan esas anécdotas inolvidables en el campo. Hay anécdotas tan sufridas, simpáticas y comentadas como las del toro “Astronauta”, ese toro que subió al segundo piso de una vivienda durante el encierro que tenía lugar en Coria (Cáceres). Fue un toro que en varias ocasiones, años anteriores también iba a haber sido lidiado, pero nos era imposible encerrarlo. Año tras año se nos iba escapando, tanto es así, que para encerrarlo tuvimos que utilizar prestados unos corrales portátiles de hierro, porque eran desconocidos para él; y fue así como lo logramos… y circunstancialmente durante el encierro de la madrugada del 25 de junio del 94 en Coria, subió a la segunda planta de una vivienda, creando un auténtico pánico durante veinte minutos. Nadie podía imaginar que algo tan insólito y asombroso pudiese suceder. Astronauta provocó una tragedia que se convirtió en anécdota, y la anécdota pasó a leyenda; una leyenda de las fiestas populares.
Otro de los toros con este hierro cogió a la defensora de los animales Vicky Moure... Ese toro del que hablas fue el blanco de muchos medios de comunicación que dejaban puntual constancia de lo que había ocurrido. Te hablo ahora de Argentino, un toro que durante el encierro del 26 de junio del 95, un año más tarde en Coria, fue el causante de dos trágicas cogidas: a un joven toledano y a una defensora de los animales, Vicky Moure, de nacionalidad inglesa, la cual resultó fatalmente herida. Ella llegó a Coria con la intención de realizar un reportaje de la fiesta de los San Juanes para reivindicar el derecho del animal, pero tuvo la mala suerte de encontrarse con Argentino que, cuando tuvo la oportunidad y la joven estaba distraída, aprovechó para arrancarse a por ella que se encontraba subida a un ventana de vivienda que no se alejaba a mucha distancia del suelo.
Desde acontecimientos como estos, ¿cuál ha sido el momento álgido de la ganadería? La ganadería ha tenido muchos momentos buenos: ha obtenido trofeos y la petición de un indulto en las fiestas de San Juan de Coria, un premio al segundo toro más bravo de la Comunidad Valenciana en el 2004 y el indulto de uno de sus toros en Garrovillas (Cáceres). Pero lejos de los premios o éxitos que nos han podido conceder, creo que ganamos y vamos creciendo poco a poco cada vez que uno de nuestros toros sale como esperamos; de ahí, que ya se sitúe como una de las pocas ganaderías que ha conseguido un indulto en las fiestas populares.
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¿Cuál cree que ha sido la evolución de la Fiesta Nacional desde que empezaste a dedicarte a esta profesión hasta nuestros días? Para que la fiesta nacional esté bien posicionada, la gente tiene que acudir a los toros. Sí que reconozco que está habiendo un cambio generacional y me gustaría que reflexionáramos sobre ello, porque es un buen momento para que esto cambie; es más, ilusiona mucho el pensarlo, porque con este cambio generacional, la juventud a día de hoy se está volviendo a interesar un poquito por el toro. Ahora bien, si se está interesando ahora por él, le tenemos que enseñar la verdad; porque si no lo hacemos, le pasará lo mismo que a sus padres, se aburrirán. Y me estoy refiriendo tanto al toro lidiado en la plaza al toreo tradicional, como al toro de la calle en los festejos populares.
Y en el caso de los festejos populares, ¿qué te parece el momento por el que está pasando? Los festejos populares corren menos riesgo, evidentemente porque al toro le rodean muchas otras cosas: las fiestas, los amigos,…; En cambio, el toro de lidia es mucho más complicado; se le exige a una persona que salga de su casa, se siente en una plaza y se concentre en algo durante dos horas; y encima pague por ello. Creo que es importante concienciar a la juventud de hoy, de que existe un cambio tanto en la manera de ver el toro como en la manera de entenderlo… porque la información es algo que llega a todos lados a través de los medios, ¿y con eso qué te quiero decir? que todo lo que hagamos afecta: cómo lo saquemos, cómo la tratemos, cómo lo cuidemos, cómo lo matemos…
¿Jesús Pérez qué le pide a los animales en los festejos que lidia? La principal virtud que buscamos en el ganado es la bravura y la raza, luego vienen los animales que piensan, los que son listos y que cuando arrancan a por alguien lo hacen con mucha inteligencia. Pero ante todo, yo exijo que un animal, por encima de todo, sea bravo y vaya siempre a más. Me encanta que cuando retiras a un animal cuando ha acabado el festejo me quede la sensación de estar totalmente satisfecho con su juego.
¿Cómo define Jesús Pérez a su toro en los festejos populares? Se puede ver el sentido más puro de sus cualidades genéticas, cambios de agresividad y fiereza; características que lo convierten en ese toro peligroso y certero, que por desgracia y desde el miedo lo hacen un toro importante dentro de las fiestas, llegando a sorprender a todos los aficionados en muchas ocasiones. Son toros que miden su distancia.